Rosquillas

Me acuerdo perfectamente el día que compré el libro 1080 recetas de cocina de Simone Ortega (1972, Alianza editorial), de esos días que te sientes más triste que alegre, por nada en concreto y por todo en general.  Entré en el estanco de mi pueblo, que antes más que un estanco parecía una papelería y librería de cosas bonitas, y dando un paseo entre los libros lo vi, sin tener conocimiento de su existencia y menos de su popularidad. No sé si pensé que era un libro superrentable por lo que valía y la gran cantidad de recetas que llevaba o me recordó a mi primer libro de cocina Cocinar es senzillo de Montserrat Seguí de Queralt, con el que aprendí a cocinar. Pero fuera lo que fuera fue un autoregalo de tarde de sábado que me ha sido muy rentable por todo lo que llegaría en los años venideros. ¡La cocina es salvavidas!

Y buscando información para documentar un poco el reto de este mes de The Cooking the Chef, dedicado a Simone Klein Ansaldy (Simone Ortega), me ha sorprendido lo que me he encontrado, ya que no sabía nada de nada de su vida y he visto a una señora de su casa, como muchas de nosotras, rica, como pocas o ninguna de nosotras, que se dedicó con pasión a lo que le gustaba, cocinar, y de eso hizo su reto, porqué las recetas son excelentes, salen con la precisión de un reloj suizo, y esto me gusta, porqué libros así son perfectos para aprender a cocinar y que la cocina te acabe gustando.

Aquí encontrareis el resto de recetas que han participado en el reto.

Simone Ortega y el éxito de una editorial

Simone Ortega es autora de uno de los libros más vendidos en España, dicen el que más detrás de El Quijote y la Biblia. Simone Klein Ansaldy, renombrada en la portada del libro como Ortega por razones editoriales, decía que si las recetas las sigues al pie de la letra salen. Y salen. Hasta que no salían bien tres veces no cerraba una receta.  Era esposa de José Ortega Spottorno, fundador de El País y Alianza, editorial que está detras del libro, y su suegro era nada más y nada menos que el mismísimo José Ortega y Gasset, quien encomendaba a la esposa de su hijo la tarea de organizar las cenas con sus amigos. La quería mucho y a quien siempre consideró «una persona auténtica, porqué era ella y no pretendía ser otra cosa». El comedor de los Ortega Klein fue frecuentado por la flor innata de la intelectualidad española, intelectuales de todo signo político porqué, entre muchos motivos, fue donde se gestó el nuevo proyecto de José Ortega, la creación del que sería el diario El País, pues las reuniones no podían darse lugar en restaurantes por motivos óbios.

José Ortega, ante el fracaso de crear una alianza entre editoriales españolas para lanzar una línea de libros de bolsillo baratos y accesibles, en una época en que los libros eran inasequibles para la mayoría de la población, también fundó en 1966 Alianza editorial y lanzó lo que fuera uno de sus mayores éxitos, El libro de bolsillo. Y luego llegó la propuesta de José Ortega a su esposa, escribir un libro de cocina. Convencerla no le costó ni un minuto, pero si al consejo editorial, que finalmente aceptaron y tuvieron que callarse ante el éxito del libro, convirtiéndose en el principal pilar económico de la editorial.

Fuente de información: El Confidencial

INGREDIENTES: 1 huevo; 4 cucharadas soperas de aceite; 4 cucharadas soperas de leche; 2 cucharadas soperas de anís (licor); 6 cucharadas soperas de azúcar; 1 cucharadita (de las de moka) de levadura o 1 (de las de café) de bicarbonato; ½ kg de harina más o menos; aceite para freír las rosquillas; azúcar glass para espolvorearlas

ELABORACIÓN: En una ensaladera de pone el huevo y se bate un poco con un tenedor. Se añade el aceite, la leche y el anís. Se agrega el azúcar y la levadura. Después se va añadiendo la harina, la que admita (1/2 kg más o menos). Se forman unos rollitos de un dedo meñique fino de grosor y se hacen las rosquillas en redondo. Se pone el aceite a calentar y se fríen las rosquillas por tandas, primero con el aceite poco caliente y después más caliente (cuando se hayan inflado), para que queden bien cocidas por dentro y doradas por fuera. Se sacan y se dejan escurrir. Cuando están aún calientes, para que se adhiera bien, se espolvorean con azúcar glass o con azúcar molido corriente.

Fuente de la receta : 1080 recetas de cocina de Simone Ortega.